Cuenta la historia que en la punta del
cerro de San Antonio se encuentra el gran “ASIENTO DEL INCA”; que el asiento es
una piedra; que dicho asiento al Inca antiguamente le servía para cuidar sus
chacras de cultivo, donde la agricultura fue la base mas solida de su
prosperidad donde cultivaban maíz, algodón, yuca, patatas, quinua, etc.,
criaban rebaños de llamas, alpacas, patos y otras especies.
El aliento popular era el maíz, no
conocieron la moneda el instrumento más común era la quena, una especie de
flauta, llegaron también a hacer caminos por los cerros donde les permitió
realizar el comercio mediante el trueque, también el asiento le permitía al
Inca bañarse donde el Inca se sentaba desnudo en esa piedra, en la piedra había
una parte donde el Inca ponía sus testículos para no lastimarse y así con
comodidad poder bañarse.
Transcurrieron
los años y así que los Incas nos dejaron el asiento como una reliquia cultural
y los caminos donde sirven a los agricultores para ir a regar sus chacras, en
las noches cuando hay luna se observa en los cerros que hay una mujer
echada pero desnuda y en el centro es decir en el ombligo se encuentra la
piedra o el asiento donde dicen que Lucifer se sienta sobre el en medio de la
noche .
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