Esta leyenda tiene origen en el
Distrito de San Antonio (en el actual monumento que representa este distrito),.
Cuentan que en las excavaciones para la edificación de la base de la Iglesia de
San Antonio observaron que el suelo de la Iglesia de San Antonio observaron que
el suelo de la excavación se estaba humedeciendo. Al ver esto los antiguos
pobladores decidieron colocar sobre la tierra húmeda el manto de la Virgen
María con la creencia de que era un volcán, un volcán que contenía agua y con
esto la esperanza de que nunca erupcionara.
Esto no fue
creíble para todos ya que nunca se había encontrado el cráter y par los que
habían presenciado este hecho con el tiempo se fue quedando en el olvido. En la
cima de este pequeño volcán se construyo el actual monumento de San Antonio y
después se fueron poblando las faldas de este cerro o volcán y
cuando llegaba la medianoche se escuchaban rehuidos como si estuvieran en el
borde de un rio, era el agua que corría por debajo de sus viviendas y
ellos ignoraban la existencia de este volcán, esta leyenda aun se recuerda por
los habitantes de esta zona.
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